La vereda

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«En el bosque de la vida es difícil saber qué senderos caminar.

A tu lado es indiferente el sendero y el final.

Sólo importa disfrutar de la vereda,

de cada árbol

y del mismo aire que nos da la vida al respirar»

Equilibrio

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Había una vez una anciana que vivía en las afueras de un pequeño pueblo, a los pies de una montaña. Vivía con su marido, un hombre muy mayor que cuidaba de ella, y recibían con frecuencia la visita de su gran familia, que ya contaba con siete hijos, sus parejas y sus más de veinte nietos, que vivían todos en el mismo pueblo.

Toda su familia la adoraba, porque a pesar de padecer muchas enfermedades, siempre sonreía y era amable y cariñosa con todo el mundo.

Por las tardes la anciana se sentaba en un banco de madera, bajo la sombra de un cerezo, y observaba la animada actividad de su familia más abajo, en sus casas del pueblo. A pesar de encontrarse cada vez más débil, y a pesar de las peticiones de sus seres queridos de que descansara en vez de esforzarse por ir hasta aquel ajado banco, se aferraba a esa costumbre.

Una tarde de otoño, con un tibio sol y hojas doradas que cubrían el suelo, el nieto más pequeño de la anciana, que apenas contaba con doce años, se acercó hasta el banco y se sentó junto a su abuela. La anciana le sonrió con amor y le cogió la mano. El joven se abrazó fuertemente a su abuela y le dijo:

“Abuela, aunque siempre estás muy enferma y mamá me ha dicho que no te tengo que molestar, quiero decirte que te quiero mucho porque eres la mejor abuela del mundo.”

La anciana sonrió con los ojos anegados en lágrimas de alegría. Entonces el pequeño le preguntó:

“¿Por qué siempre sonríes aunque estás tan enferma?”

Entonces la anciana le cogió las dos manos entre las suyas, le miró fijamente con ternura y le explicó:

“Te voy a contar un secreto. Es un secreto muy antiguo, pero creo que debes saberlo. Hay una Energía natural limitada en el mundo, de la que deriva un equilibrio de vida y muerte que mantiene estable esa energía. Hace cientos de millones de años hubo una época en la que los Dioses dieron a los humanos la capacidad de mantener el equilibrio de Energía, y podían elegir quienes podían vivir y quienes debían morir. Cuando un hombre o una mujer eran dignos de admiración por sus actos morales, se perpetuaba su existencia. A su vez, cuando un hombre o una mujer realizaba actos corruptos, enfermaban y morían. Las decisiones eran fáciles, ya que únicamente se consideraban poco éticos los comportamientos que intencionadamente dañaban a otras personas en beneficio propio.

Con el tiempo la definición de ética y moral se fue complicando. Las causas de los castigos de muerte generaban conflictos entre los humanos que debían decidir, y entre los propios Dioses a los que recurrían para asesorarse. Incluso hubo personas que se percataron de que si se comportaban en los límites de la moralidad, eran castigadas con enfermedades que no eran mortales, y aprovechaban esta circunstancia. Se comenzó a confundir la libertad de elegir los propios valores morales, con el libertinaje de hacer cualquier cosa que diera lugar a embarullo ético.

Entonces los Dioses decidieron quitar a los humanos el poder de mantener el equilibrio entre la vida y la muerte, el equilibrio de la naturaleza. Al no encontrar ningún criterio claro para poder ejercer su responsabilidad de mantener la Energía, decidieron que la enfermedad y la muerte serían aleatorias.

Desde entonces, así ha sido. La enfermedad y la muerte son aleatorias. No hay una causa, ni una responsabilidad, ni una justificación para ninguna de las dos. Las personas enferman y mueren aleatoriamente, sean buenas o malas. La única diferencia entre ambas reside en la paz de su conciencia al morir.

Por suerte, aún quedamos algunos descendientes de los primigenios humanos que podemos decidir sobre el equilibrio de la Energía. Pero somos muy pocos, y podemos afectar únicamente a las personas más cercanas.

Yo soy una de ellas. No puedo decidir quien vive o quien muere, pero puedo asumir las enfermedades las personas que quiero y que se portan bien. Para mi inmensa suerte, toda mi familia sois personas maravillosas, que os cuidáis unos a otros, y que os preocupa más el bienestar de vuestros seres amados que vuestro propio bienestar. Así que hasta que la muerte me llegue, hace mucho, mucho tiempo que decidí asumir todas vuestras enfermedades. Por eso siempre sonrío, porque sé que cada síntoma, cada dolor, cada pesar, cada cansancio o malestar físico, no es más que un síntoma, un dolor, un pesar, un cansancio y un malestar que no tenéis uno de vosotros. Sonrío porque soy feliz con vuestra felicidad.”

El joven, con una sonrisa llena de asombro y admiración, volvió a abrazar a su abuela, y repitió:

“Eres la mejor abuela del mundo.”

Extraído de «9 Principios y ningún final»

¡Feliz jueves!

Sara

Mariposas en el alma

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Tan sólo una mirada tuya

y mil mariposas 

de colores infinitos

revolotean alborozadas

por los confines de mi alma.

Fotografía y poema de Sara de Miguel.

¡Feliz miércoles!

En clave de Fa

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Ay Amor,

te quedaste a mi lado

y me recogiste en tus brazos

cuando caía desfalleciente

de tantas poesías

sangradas por los dedos de las manos.

Y en clave de Fa

meces mi cuerpo

como si fuese

un extraordinario instrumento

de cuatro cuerdas

y profundo arpegio.

Con dulces caricias

arrancas de mi alma

hermosas baladas

desde la cuarta línea

del pentagrama.

Asiento en desnuda calma

a tus bastos ingenios

y con alborozado esparcimiento

pintamos de verde esperanza

las sonrisas de los ángeles que habitan en el cielo.

Cual can fiel y agradecido

permanezco tumbada a tu lado

a sabiendas que nuestro amor

atracará en el puerto del mañana

y en el de para siempre, pasado…

¡Feliz lunes!

Fotografía de Tomeu Mir y poema de Sara de Miguel.

Encerrado en tu ausencia

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Y dices que eres humana,

cuando al inhalar el perfume que desprendes

quedo sin aliento.

Eres un indómito paraje de belleza

exento de fruslería.

Hechizado me hallo

pues alojada tu brujería en mi seno

me encierra tu ausencia

en torres imposibles de derrocar.

Efímero alijo de calor

cuando tus ojos absortos

atisban el horizonte

y me señalan inocentes

el sendero que conduce

a mi triste y austera alma,

en firme reyerta

por abandonar toda atalaya

y alcanzar el singular

clamor de tu sonrisa

que el mar divisa

cual faro en la tormenta.

Eres el amor imposible,

la pasión desalojada de mi lecho,

la emoción deshojada de mi pecho.

Me desairo y resplandezco en mi osadía

de reclamarte como mía

cuando sólo a ti te perteneces,

cuando sólo perteneces a la vida misma.

Y no puedo poseerte,

poseer la mayor de las riquezas,

en mi mortalidad e indolencia.

Lloro tu ausencia

aún sabiendo que rompe

el cielo de mis entrañas,

embravece el mar de mi alma

y arde en fuego mi corazón.

Quedo encerrado en mi torreón

de miseria, tristeza y desasosiego

por no tenerte cerca,

por no sentirte aquí,

a mi lado.

Inconcebible pesadumbre

que por no tenerte

encerrado de pena mi esencia desfallece…

¡Feliz miércoles!

Poema y Fotografía de Sara de Miguel

Premios Bitácoras

Votar en los Premios Bitacoras.com

Desde 2004, la plataforma Bitacoras.com convoca anualmente los Premios Bitácoras a los mejores blogs en español. Un certamen que engloba bitácoras escritas, habladas (podcast), en imágenes (fotoblogs) y vídeo (videoblogs).

Los lectores votan por sus blogs favoritos y un jurado compuesto por ganadores de ediciones anteriores y personalidades del mundo de la comunicación elige a los vencedores en un total de veinte categorías.

Si sois lectores de mis publicaciones, amantes de la poesía, de la música, de la fotografía, de la literatura y del arte en general y os gustan los contenidos de mi blog, os invito a participemos juntos en este certamen en la categoría de «Mejor Blog de Arte y Cultura». Tenemos hasta día 28 de octubre para que podáis votar a través del enlace que hay al inicio de la página.

¡Feliz viernes y muchas gracias por vuestro apoyo!

Sara

Como luz que da vida

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Como luz que da vida. Así me han alegrado los alumnos de una clase de sexto de primaria a la que me han invitado para hablar sobre mi trabajo como escritora.

No sólo el profesor se había leído «13 Almas», si no que varios alumnos habían leído «¿Es el enemigo? La eficacia de comunicarte».

Me han hecho preguntas interesantes, me han planteado posibles temas para seguir escribiendo libros, y me han arrollado a sonrisas y buenas intenciones.

Todos han participado de una u otra manera, en positivo, buscando aprendizajes nuevos, posibilidades para crecer como alumnos y como personas.

Me he sentido gratamente halagada, pero sobretodo me he sentido gratamente enriquecida por sus puntualizaciones e inquietudes.

Como siempre, he aprendido yo más de ellos que ellos de mí. Los niños son maravillosos. Ojalá les escucháramos más. Ojalá les habláramos más.

Mi más sincero agradecimiento al colegio que lo ha hecho posible.

Muchísimas gracias al interés y alta motivación del profesor que se enfrenta con entusiasmo a la ardua tarea de enseñarles muchas cosas importantes.

Muchísimas gracias sobretodo a todos y cada uno de los niños. Sois geniales, no dejéis nunca de haceros y hacer preguntas, ni de buscar respuestas. Así crecemos como seres humanos, cálidos y llenos de magia.

Sois la luz que da vida.

¡Feliz lunes!

Sara

Si te vieras con mis ojos…

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Estar enamorada es saber que no hay nadie como tú.

Que despertar es desear sentir tu piel a tu lado,

que dormir es soñar con tus abrazos,

que la razón de vivir es regalarte todas las sonrisas.

Estar enamorada es tener pequeños y grandes detalles

porque me apetece hacerte feliz.

Estar enamorada es no desear otro cuerpo que no sea el tuyo

ni otra mente que no sea la que te enreda en esta complicada vida.

Estar enamorada es quererte con todas tus virtudes

y todos tus defectos.

Estar enamorada es tener paciencia en tus días malos

y cariño en tus días tristes.

Estar enamorada es compartirlo todo, porque hay un nosotros.

Estar enamorada es saber que en el mundo hay más de siete mil millones de habitantes

y que te amo sólo a ti.

Estar enamorada es elegirte todos los días como compañero de viaje.

Estar enamorada es saber

que si te vieras con mis ojos

no tendría ningún poema que escribirte.

Fotografía y poema de Sara de Miguel.

¡Feliz martes!

No te pido nada

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No quiero que seas
la princesa de mis sueños,
te prefiero mujer imperfecta
en todos mis ocasos.


No te necesito vestida de gala,
te adoro desnuda en mi cama,
despeinada,
con los ojos entreabiertos
y las mejillas sonrosadas.


No deseo que me digas que me quieres,
sólo ansío susurrarte al oído
mil poemas escritos de suspiros
mientras me enredo entre tus rizos.


No pretendo conquistar ningún reino,
si mi mayor tesoro es morar
en cada efímero latido de tu pecho.


No me importa tu pasado,
porque voy a besar
cada una de tus cicatrices
hasta que olvides
que alguna vez te hicieron daño.


No te pido todo tu presente,
no te pido tu futuro, 
no te pido nada
porque tengo la eternidad
para admirar
el brillo incandescente de tu sonrisa,
contar cada uno de tus lunares
y ver en tu mirada el reflejo del suspiro de mi boca cuando te miro.

No te pido nada,
sólo quiero regalarte todo este amor
que me desborda y embarga.
Voy amarte, amor,
sin miedos, sin problemas, sin ego.
Voy a amarte, amor,
como nunca nadie te ha amado.

Poema de Sara de Miguel y fotografía de Tomeu Mir.

¡Feliz semana!

Creo

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Todavía creo en la sonrisa inocente de los niños,

todavía creo en la sabiduría de la naturaleza,

todavía creo en el hermoso perfume de las flores,

todavía creo en los juegos infantiles.

Todavía creo en la inconmensurable bondad humana,

todavía creo en la calidez de los abrazos,

todavía creo en el dulce sabor de un beso,

todavía creo en la fuerza de una suave caricia.

Todavía creo en las buenas personas,

todavía creo en un gesto amable,

todavía creo en la sabiduría de los ancianos,

todavía creo en el hogar y en la familia.

Todavía creo en la amistad,

todavía creo en la magia,

todavía creo en en el amor,

todavía creo en la poesía.

Fotografía y texto de Sara de Miguel.

¡Feliz martes!

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