Dejé prendido en las hojas de otoño
un deseo todavía no cumplido.
Dejé olvidada en las piedras de la vereda
una sonrisa florecida y hermosa.
Dejé olvidada en el agua estancada
una mirada por ti enamorada.
He vuelto atrás deshaciendo mis pasos,
he regresado a aquel lugar mágico
en el que nació nuestra ilusión
y los árboles fueron testigos
de nuestros primeros besos.
De tu mano, tibieza singular,
recuperamos juntos los deseos,
las sonrisas, las miradas
y rehacemos nuestro amor
como si de un sueño se tratara.
Nada más tierno que la añoranza
cuando llega el invierno,
nada más cierto que nuestro afecto
en cualquier estación o tiempo.
¡Feliz domingo!
Sara
Que maravilla !
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¡Precioso! ¡Me ha encantado, Sara!
¡Un abrazo!
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