A veces debo protegerme de mi propio optimismo.
De su entusiasmo,
de su ilusión,
de su amarga sinceridad
y su calidez emocional.
Porque la vida no siempre da lo que mereces,
porque siempre habrá malas personas,
porque el karma no existe
y, por mucho que lo desee,
lo mejor para los que más quiero,
incluso para mí misma,
no siempre llega.
A veces debo protegerme de mi propio optimismo
para no caer en la desilusión,
en el desencanto
y la desesperanza de la vida real.
A veces el optimismo intenso,
mi excesivo optimismo,
es mi propio enemigo…
Fotografía y texto de Sara de Miguel.
¡El optimismo siempre será tu aliado! ¡Nunca lo pierdas!
¡Un abrazo!
Me gustaMe gusta
¡Me encanta tu consejo! De hecho me considero una persona «excesivamente» optimista, pero en ocasiones vale la pena hacer una pequeña reflexión, y de ella aprovechar para escribir unas palabras y compartirlas. Muchas gracias por tus palabras @saricarmen!!! 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡El optimismo siempre será tu aliado! ¡No lo pierdas nunca!
¡Un abrazo!
Me gustaMe gusta