No te deseo un año maravilloso…

No te deseo un año maravilloso…

«No te deseo un año maravilloso donde todo sea bueno.

Ese es un pensamiento mágico, infantil, utópico.

Te deseo que te animes a mirarte, y que te ames como eres.

Que tengas el suficiente amor propio para pelear muchas batallas, y la humildad para saber que hay batallas imposibles de ganar por las que no vale la pena luchar.

Te deseo que puedas aceptar que hay realidades que son inmodificables, y que hay otras, que si te mueves del lugar de la queja, puedes cambiar.

Que no te permitas los “no puedo” y que reconozcas los “no quiero”.

Te deseo que escuches tu verdad, y que la digas, con plena conciencia de que es sólo tu verdad, no la del otro. Que te expongas a lo que temes, porque es la única manera de vencer el miedo.

Que aprendas a tolerar las “manchas negras” del otro, porque tú también tienes las tuyas, y eso anula la posibilidad de reclamo.

Que no te condenes por equivocarte; no eres todopoderoso.

Que crezcas, hasta donde y cuando quieras.

No te deseo que el año nuevo te traiga felicidad. Te deseo que logres ser feliz, sea cual sea la realidad que te toque vivir».

Texto de Marta Medici. Fotografía de Sara de Miguel.

Todos quieren un cambio…

Todos quieren un cambio pero nadie quiere cambiar…

Y al final sólo nos queda lo que los demás decidan dar.

¿No sería más sencillo y mucho mejor aceptar

que si quiero un cambio

soy yo quien debe cambiar?

Caminando mi camino

mis cambios decido

con conciencia y cariño

decido que camino camino.

Fotografía y reflexión de Sara de Miguel.

«13 Almas» en francés

¡Buenos días compañeros y compañeras de las letras!

En estos momentos convulsos y difíciles me animo a compartir con vosotros la novedad editorial de este año: «13 Almas» ha sido traducido al francés y ya está disponible en la mayoría de plataformas literarias (por ejemplo, Amazon). Me gustaría destacar que el privilegio de las traducciones de mis obras (ya en inglés, portugués, italiano y francés) viene proporcionado por la plataforma Babelcube, que me parece un lugar magnífico para facilitar el encuentro entre autores y traductores. En este caso, la traducción al francés, se la debo a Virginie Kernaonet, una traductora novel que ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a hacer llegar a ese idioma las vivencias de una Sara embebida y enfrentada por el mundo de la enfermedad y la muerte.

No puedo más que sentir una enorme felicidad por saber que mis experiencias y aprendizajes sobre la vida y la muerte traspasan las fronteras para poder ayudar a quien lo necesite a enfrentarse a los fantasmas del miedo y del dolor.

Con muchos cariño os deseo un feliz agosto,

Sara

Variopinto

VARIOPINTO

Que ofrece diversidad de colores o de aspecto.

Multiforme, mezclado, diverso, abigarrado.

 

«No hay mayor placer

para una mente inquieta

que encontrarse en el camino

una persona variopinta

que estimule su intelecto

y le ofrezca una visión distinta

del alma y del pensamiento»

¡Feliz semana!

Sara de Miguel

No entres dócilmente en esa buena noche… (Dylan Thomas)

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El gran poeta y dramaturgo galés Dylan Thomas nos obsequió allá por los años cincuenta con un poema inquietante a la vez que imprescindible.

Son muchas las interpretaciones que se le dan a las palabras hermosas y melancólicas que recoge en estos versos llenos de fuerza. La mayoría coinciden en que es un poema dedicado a su padre enfermo, expectante ante su próximo fallecimiento.

Aunque quizá la interpretación más conocida es la que realizan los jóvenes alumnos de la clase de literatura de la película «Mentes peligrosas», en la que (desde su visión relativa del mundo en el que se desenvuelven) leen en estas líneas una clara advertencia sobre los peligros de las drogas.

Para mí, desde la experiencia de los cuidados paliativos, supone una ambivalencia emocional, pues la lucha entre dejarse llevar por el ciclo natural de la vida finalizando en una buena muerte (dócil) y el espíritu de supervivencia por que las personas nos creemos imperecederas que transmite Dylan Thomas no puede dejarme indiferente. Me hace plantearme con el corazón en la mano cual es la buena muerte: la tranquila y aceptada (los sabios entienden que al final la oscuridad es lo correcto) o la enfurecida ante la muerte de la luz. Quizá sean las dos, o quizá no sea ninguna.

«No entres dócilmente en esa buena noche

Que al final del día debería la vejez arder y delirar;
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.

Aunque los sabios entienden al final que la oscuridad es lo correcto,
Como a su verbo ningún rayo ha confiado vigor,
No entran dócilmente en esa buena noche.

Llorando los hombres buenos, al llegar la última ola
Por el brillo con que sus frágiles obras pudieron haber danzado en una verde bahía,
Se enfurecen, se enfurecen ante la muerte de la luz.

Y los locos, que al sol cogieron al vuelo en sus cantares,
Y advierten, demasiado tarde, la ofensa que le hacían,
No entran dócilmente en esa buena noche.

Y los hombres graves, que cerca de la muerte con la vista que se apaga
Ven que esos ojos ciegos pudieron brillar como meteoros y ser alegres,
Se enfurecen, se enfurecen ante la muerte de la luz.

Y tú, padre mio, allá en tu cima triste,
Maldíceme o bendíceme con tus fieras lágrimas, lo ruego.
No entres dócilmente en esa buena noche.
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz».

 

 

«… hoy es el día ideal…» (Dalái Lama)

«Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada.

Uno se llama ayer y otro mañana.

Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer

y principalmente vivir».

(Dalái Lama)

Palabras sabias, certeras y directas. Como todos los aprendizajes de Su Santidad el Dalái Lama esta frase nos enraíza con el presente y nos hace conscientes de su importancia.

En homenaje al acto de trascendencia hacia la realidad cotidiana que transmite este mensaje tendríamos que repetirnos cada día:

«Hoy yo amo,

hoy yo crezco,

hoy yo hago

y hoy yo vivo».

Inspirando desde lo más profundo de nuestra persona y exhalando la magnífica positividad de aceptar nuestro ayer, vivir con la incertidumbre de nuestro mañana y disfrutar nuestro hoy.

¡Feliz día!

Sara de Miguel

«13 Almas» reseñado desde el corazón

Hay palabras y frases que te calan hondo porque están escritas desde las entrañas, con un sentimiento intenso y profundo, y, sobretodo, con mucho cariño (ese cariño tan único de quien comparte y comprende lo leído).

Carlos me ha hecho «vibrar la patata» con su reseña de «13 Almas».

La comparto aquí con vosotros, pero os recomiendo encarecidamente que aprovechéis este enlace a «La estaca clavada», un foro de crecimiento y reflexión como pocos hay, para enriquecer vuestra mente y vuestro mundo.

«Comienzo la presentación  de Sara de Miguel utilizando sus mismas palabras. Tenía esta obra almacenada en el Kindle hacía demasiado tiempo, de alguna manera intuía que iba a revivir situaciones que, en su momento, provocaron terribles días de ansiedad y angustia ante lo irreversible de la muerte.

Ha sido de otra manera, estas doce más una historias, introducen un nuevo punto de vista y, ante la certeza de que en algún momento volverá la soledad, el sufrimiento, la respuesta es un enorme incremento en las ganas de vivir, de aprender y de compartir con generosidad lo mejor que llevamos dentro.  

Creo que es un libro escrito desde el valor y la firme voluntad de ayudarnos a ser mejores personas y a gozar cada día del milagro de la vida. 

Para ti. Con todo mi cariño.»

Mi más sincero agradecimiento, Carlos. Es un placer contar contigo.

Sara

 

Hacer las cosas fáciles facilita mucho las cosas

Son muchas las ocasiones en las que nos encontramos frente a un problema, un malestar o una situación de conflicto a lo largo de la vida. Además, normalmente, en dichas ocasiones no disponemos del tiempo que nos gustaría para reflexionar, o para acceder a toda la información necesaria, o para conocer las diferentes perspectivas que viven las personas implicadas, como para dilucidar una solución equilibrada, coherente, sensata y satisfactoria para todos.

Sin embargo hay una premisa que puede ayudarnos sea cual sea la situación (y aquí tomo prestada una frase de una gran persona cercana a mí):

HACER LAS COSAS FÁCILES FACILITA MUCHO LAS COSAS

Me parece un buen punto de partida ante cualquier tipo de problema.

Por ejemplo, si una emoción nos desagrada, facilitar las cosas sería preguntarnos por el por qué de esa emoción y trabajar la situación subyacente.

Si una disyuntiva nos quita el sueño, preguntarnos cual es nuestro objetivo final (sin perdernos en los entresijos reales y figurados que los suelen acompañar) y actuar en consecuencia.

Si un conflicto hace que nos incomode la relación actual con una persona, tratar con esa persona de manera sincera y diplomática la situación nos ayudará a que encontremos (juntos) una solución.

Los dramatismos, las exageraciones, cotillear, regodearnos en la «mala suerte», en los aspectos negativos de nuestros problemas o de las conductas de los demás únicamente dificultan la vida. Alimentan emociones negativas tales como la ira, el enfado o la tristeza.

Sin embargo, buscar la sencillez en nuestro propio análisis de la situación y de las emociones que nos genera, tratar de sacar lo mejor de nosotros mismos ante cualquier adversidad, nos proporciona una herramienta de afrontamiento extraordinaria: unas emociones equilibradas y consecuentes a la realidad.

Simplicidad: hay quien busca problemas para cada solución y quien busca solución para cada problema. Cada uno elige qué tipo de persona desea ser, y, sin pretensión de resultar una obviedad, buscar soluciones soluciona más cosas que buscar problemas.

Como metáfora me gustaría comparar la vida con el discurrir de un arroyo: es normal que a lo largo de nuestra existencia se acumulen piedras en diferentes puntos del camino (estas piedras serían los problemas de nuestra vida cotidiana). De hecho, es inevitable: los problemas la mayor parte de las ocasiones se presentan solos sin que nadie los busque. Pero no por ello debemos traer más piedras nosotros o amontonarlas (agrandar los problemas), ya que puede atorar el fluir natural de la corriente, haciéndonos sentir cada vez peor y más ahogados. Dejar que nuestra propia vida discurra entre guijarros y piedras es lo normal y si lo aceptamos con naturalidad evitamos acabar atascados ante cualquier piedra del camino.

En conclusión, si uno hace las cosas fáciles seguro que facilita las cosas.

¡Buen fin de semana!

Fotografía y texto de Sara de Miguel.

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