Aprovechando la fecha «señalada» del calendario, que nos invita a manifestar nuestro amor, comparto una reflexión sobre un tema importante en las relaciones: la atención a los DETALLES. Y de ahora en adelante en el presente texto donde pone relación quisiera generalizar a cualquier persona por la que sintamos afecto de nuestra vida (pareja, hijos, otros familiares, amistades, etcétera).
Cada persona siente, vive, piensa y se comporta diferente. Por lo tanto la importancia que le da a los detalles será diferente.
Si la otra persona de tu relación no es detallista y te gustaría que lo fuera, díselo, y dale opciones y alternativas para que sepa cómo hacerte detalles que te resulten significativos para ti. O al contrario, si no eres detallista y la otra persona sí, pregúntale si eso le supone malestar, y qué podrías hacer para que se sienta mejor. Básicamente favorece la comunicación.
Los detalles son una manera preciosa de reforzar a las personas con las que tienes algún tipo de relación afectuosa, y de que la otra persona te refuerce. Es una manera de demostrar interés y generar emociones positivas intensas. Pero también es una inversión de tiempo, esfuerzo y (cuando son materiales) dinero, por lo que asegúrate de que ambos expresáis vuestros gustos y apetencias respecto a los detalles.
No olvides que hay detalles que son gratis: los halagos y alabanzas.
No desaproveches la oportunidad de reconocer a las personas que estimas todo lo que te gusta de él o ella. Habla de lo que no te gusta o te genera malestar en pequeño (mediante la crítica constructiva y las discusiones positivas), y habla de lo que te gusta y te hace sentir bien en grande (mediante los halagos, las alabanzas y los refuerzos).
Recuerda que somos lo que hacemos: si tus hábitos comunicativos y conductuales tienden a generar malestar, generas y activas huellas de memoria negativas. Si, por el contrario, tus hábitos comunicativos y conductuales tienden a generar bienestar, generas y activas huellas de memoria positivas.
Una relación sana, estable y satisfactoria es en la que el bienestar del otro es igual de importante que el tuyo, y viceversa. Tú eres el responsable de tu parte, y tú eliges cómo deseas que se sientan los demás respecto a ti.
Al final lo único importante no es ser, ni tener, relaciones perfectas, es ser y hacer relaciones FELICES.
Fotografía y texto de Sara de Miguel.
Extraído y adaptado de «¿Es el enemigo? La eficacia de comunicarte».
¡Feliz día!
Tenés una gran habilidad de condensar mucho en pocas palabras. Te felicito, Sara.
Ya voy por el 45% el libro.
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias Paula, es una alegría recibir tus palabras y tu apoyo. Espero tus comentarios pronto. Un abrazo con cariño, Sara
Me gustaLe gusta a 1 persona