¡Qué guapa te ves desde que vuelas alto!
Desde que no conoces límites
y la imaginación es tu único horizonte.
¡Qué hermosura la de tu conciencia!
Límpida y cristalina como la nieve,
tranquila y sosegada como un atardecer.
¡Qué bonita te ves desde que te has desencadenado!
Has roto tus ataduras con el dolor y el pasado
has dejado marchar a las personas que te hacían daño.
¡Qué belleza la tuya, aleteando alegre y risueña!
Vuela, preciosa mariposa.
Vuela donde te lleven tus alas y tus quimeras.
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