Te engaño.
Para qué negarlo por más tiempo
si me notas en la mirada
lo que ocultan mis palabras.
Te engaño cada día:
cuando te observo
y tu belleza me embarga
pero no lo menciona mi habla.
Te engaño
cuando te admiro por tus obras,
por tus logros y tu constancia,
y no salen los vocablos de mi garganta.
Te engaño
cuando quisiera adornar tus labios
con un tierno ósculo
y de mi boca no sale nada.
Te engaño
cuando quisiera compartir mil abrazos
y mis manos sólo aciertan
a quedarse mudas en mi regazo.
Y todo por seguir danzando
con la sociedad y sus preceptos,
en una danza absurda
donde las buenas palabras,
las hermosas,
las que expresan cuánto amamos,
nos avergüenzan
más que cualquier crítica o falta.
Te engaño
y sé que a quien de verdad engaño,
a quien traiciono con mis silencios,
es a mí misma
por no decirte,
todas las veces que así lo siento,
cuánto te amo.
¡Feliz domingo y no os engañéis ni engañéis a nadie, pues el amor debe ser expresado!
Fotografía y texto de Sara de Miguel.
Que bonito!!! Saludos Sara!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona