«13 Almas» en francés

¡Buenos días compañeros y compañeras de las letras!

En estos momentos convulsos y difíciles me animo a compartir con vosotros la novedad editorial de este año: «13 Almas» ha sido traducido al francés y ya está disponible en la mayoría de plataformas literarias (por ejemplo, Amazon). Me gustaría destacar que el privilegio de las traducciones de mis obras (ya en inglés, portugués, italiano y francés) viene proporcionado por la plataforma Babelcube, que me parece un lugar magnífico para facilitar el encuentro entre autores y traductores. En este caso, la traducción al francés, se la debo a Virginie Kernaonet, una traductora novel que ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo a hacer llegar a ese idioma las vivencias de una Sara embebida y enfrentada por el mundo de la enfermedad y la muerte.

No puedo más que sentir una enorme felicidad por saber que mis experiencias y aprendizajes sobre la vida y la muerte traspasan las fronteras para poder ayudar a quien lo necesite a enfrentarse a los fantasmas del miedo y del dolor.

Con muchos cariño os deseo un feliz agosto,

Sara

«13 Almas» reseñado desde el corazón

Hay palabras y frases que te calan hondo porque están escritas desde las entrañas, con un sentimiento intenso y profundo, y, sobretodo, con mucho cariño (ese cariño tan único de quien comparte y comprende lo leído).

Carlos me ha hecho «vibrar la patata» con su reseña de «13 Almas».

La comparto aquí con vosotros, pero os recomiendo encarecidamente que aprovechéis este enlace a «La estaca clavada», un foro de crecimiento y reflexión como pocos hay, para enriquecer vuestra mente y vuestro mundo.

«Comienzo la presentación  de Sara de Miguel utilizando sus mismas palabras. Tenía esta obra almacenada en el Kindle hacía demasiado tiempo, de alguna manera intuía que iba a revivir situaciones que, en su momento, provocaron terribles días de ansiedad y angustia ante lo irreversible de la muerte.

Ha sido de otra manera, estas doce más una historias, introducen un nuevo punto de vista y, ante la certeza de que en algún momento volverá la soledad, el sufrimiento, la respuesta es un enorme incremento en las ganas de vivir, de aprender y de compartir con generosidad lo mejor que llevamos dentro.  

Creo que es un libro escrito desde el valor y la firme voluntad de ayudarnos a ser mejores personas y a gozar cada día del milagro de la vida. 

Para ti. Con todo mi cariño.»

Mi más sincero agradecimiento, Carlos. Es un placer contar contigo.

Sara

 

«13 Almas» GRATIS

Aquí os dejo un regalo con amor.

El libro que cambiará tu vida y la vida de las personas que amas GRATIS hasta el próximo martes día 19 de febrero. Accede al regalo literario «13 Almas».

Descarga, lee, comparte, regala y disfruta de mis experiencias y aprendizajes.

Si te apetece deja tu opinión en Amazon, en mi página web, mi perfil de Facebook o en tu propio Blog o página web.

¡Estaré encantada de conocer tus impresiones y muy agradecida por tu apoyo!

«Resulta curioso que cada vez que alguien me pregunta a qué me dedico, y contesto que soy psicóloga de cuidados paliativos, automáticamente se cambia de tema. Casi nadie me pregunta por mi trabajo, casi nadie quiere oír hablar de enfermedad, ni mucho menos de muerte, cuando lo único seguro en nuestra vida es que moriremos. Mi nombre es Sara, y mi mayor aprendizaje estos años ha sido que si escucháramos más a las personas que se acercan a la muerte, les ayudaríamos a morir mejor. Y sobretodo, que si escucháramos más a las personas que se acercan a la muerte, aprenderíamos a vivir mejor.»

¡Feliz día!

 

Duelo

«Rosa había perdido a Felipe.

A nivel emocional, se había aislado del mundo, evitaba su propio dolor. Como ella misma decía “Me meto en mi búnquer, y si no pienso, ni siento, no me duele tanto”. Pero era una percepción irreal. Porque doler, le dolía igual, aunque así no lo hacía tan patente.

Pasó por muchas fases diferentes. El duelo no es un proceso ni estructurado ni secuencial. Unos días venía enfadada con el sistema de salud y con los médicos por no haber podido salvar a Felipe. Otros venía enfadada con Dios. Otros días venía tan triste que casi no podía ni hablar, sólo lloraba desconsolada. A veces odiaba la vida, otras veces la odiaba más. La mayor parte del tiempo hacía una negación beligerante de sus propias emociones. Las pocas veces que aceptaba sus propias emociones se hundía en un pozo de desesperación y de sinsentidos filosóficos y psicológicos de la vida. Para mí, como profesional, era horrible ver que hiciéramos lo que hiciéramos, apenas avanzábamos. Como persona, yo sufrí con ella el dolor de la ausencia de Felipe. A través de Rosa, le conocí como si hubiéramos sido amigos en vida. Me dolía también su pérdida…»

Extraído de «13 Almas»

Sara de Miguel

Ahora ya no estás…

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… No sé cuándo empecé a perderme, pero me perdí. Hasta entonces vivimos una felicidad que rozaba la perfección. Creo que es cuando empezaste a trabajar de maestra: ganabas más dinero que yo, y eso me hacía sentir humillado. Y empecé a trabajar más horas en la empresa, sólo por orgullo, porque me han educado así. El hombre tiene que mantener a la familia. Y yo trabajaba más y más horas, y ganaba más y más dinero. Me sentía poderoso. Y me pedías que no trabajara tanto, que no nos hacía falta, y te ibas distanciando, y yo pensé que era envidia porque tu marido sin estudios ganaba más que tú. Y en esa, a veces sutil, a veces demoledora, distancia, yo salía más con los amigos, recibía palmaditas en la espalda mientras pagaba las copas, y miraba otras mujeres. Y de vez en cuando alguna me miraba a mí, y, bueno, la carne es débil. Y cada vez te notaba más fría, más exigente, más enfadada.

Y luego vino el cáncer, y yo ni me lo creí. Pensaba que sería algo pasajero, que a ti no podía pasarte nada. Eras joven, eras dura como el diamante. Tú eras la eterna luchadora que trabajabas, te encargabas de la casa, de los niños y de mí, y de todo el mundo que te necesitara. Siempre tenías energías para todo y para todos. Ni siquiera fui capaz de estar a tu lado cuando llorabas, porque no sabía ni qué decir.

Ahora ya no estás.

A veces tengo que repetírmelo muchas veces para creerme que de verdad no estás.

Y ahora, cuando ya no estás y ya no puedo cambiar nada, me doy cuenta de lo imbécil que he sido. Eras la mujer más maravillosa e increíble del mundo. Cuando me pedías que no trabajara tanto, tenías razón, no necesitábamos tanto dinero. Ahora tengo una cuenta llena de dinero que no puedo compartir contigo. Me sorprendo cada día pensando en qué te regalaría, dónde te llevaría… todas esas cosas que no te regalé, todos esos lugares a los que no te llevé. Y sobretodo, que ahora ya dan igual esos regalos y esos lugares, lo importante es todo ese tiempo que desperdicié de estar a tu lado. Ese tiempo a tu lado era el mejor regalo de mi vida. Ahora ya no estás, ya no puedo recuperarlo.

Ahora entiendo tu distancia, tu frialdad, tus enfados. Mis ausencias, mis historias con otras, mi indiferencia. Cuántas noches de sexo frío con mujeres que no eran ni la mitad de bellas, ni de apasionadas que tú, habré tenido. Y jamás ninguna me ha dado tu cariño ni tu complicidad. Jamás ninguna mujer me ha mirado como tú lo hacías. Dios mío, Dios mío, lo que daría por volver a sentir tu mirada de enamorada. Lo que daría por oír tu risa. Lo que daría por volver a sentir tu pequeños pies fríos en la cama. En vez de decirte que te quitaras, me arrastraría a besar cada uno de tus deditos, los pondría entre mis manos y te daría todo el calor que no te he dado. Te tendría que haber amado hasta en los defectos, porque tus defectos no fueron más que consecuencia de los míos.

Ahora sé que mientras estabas enferma, no tenía que decirte nada, sólo tenía que haber estado ahí contigo, para ti. Llorar contigo si hacía falta. Ahora lo sé, porque no hay nada que me puedan decir que me alivie este dolor de haberte perdido. Ahora sí que lloro, tanto que a veces no recuerdo cuando he empezado. Y lo peor es saber que no te perdí cuando moriste, te perdí mucho antes, por amarme a mí más que a ti. Por ser egoísta. Por no entender que amar es, sencillamente, dar amor.

Ahora vivo obsesionado pensando en la vida que te di, llena de vacíos, de engaños, de orgullo. Cuántas veces cambiaría las cosas, cuántas veces te pediría perdón infinito. Ahora vivo obsesionado pensando en cómo hubiera sido nuestra vida si te hubiese cuidado, respetado y valorado como tú lo hacías conmigo. Cuántas cosas bonitas te diría que no dije. Hubieras muerto igual, pero llena de otros recuerdos más hermosos, casi tan hermosos como tú. Llena de la felicidad que sólo da sentirse amada. Llena de un yo que yo no he sido. Ahora estoy muerto en vida, obsesionado, pensando que tuve tantas oportunidades de hacerte feliz, tuve tantas oportunidades de hacernos felices, y no lo hice…

Ahora ya no estás. Ahora ya no estás. Ahora ya no estás…”

Extraído de mi libro «13 Almas», triste y hermosa carta de despedida tras el fallecimiento de una bella persona. Palabras emocionadas y emocionantes, para una reflexión nada baladí.

¡Feliz martes!

Sara

Tu ausencia

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Él me habla de ti,

de cuando estabas vivo:

me habla de tus bromas,

de tus palabras inventadas,

de tus locuras,

de tus gestos,

y de tu sonrisa torcida.

Me habla de tu ausencia

en sus miradas perdidas,

en sus interminables silencios

en su tristeza amarga,

en las lágrimas que se guarda,

y en la ira que le atenaza,

por tu vida truncada.

Y te siento…

Te siento dentro en cada recuerdo

que ahora también es mío,

en cada vacío que nos rodea

y que no hay palabras

en ningún idioma

que pueda describirlo.

Lamento con un dolor inmenso

no haberte conocido,

porque así como él te ama,

sé certera que te hubiera amado

con la misma intensidad

que la añoranza demoledora

que tu ausencia todo lo embarga…


Poema de Sara de Miguel y fotografía de Tomeu Mir

En memoria de Miquel Mir.

Precipio

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Y entonces regresa como cada año la fecha señalada en el calendario.

Vuelve cual tormenta, o tormento, a recordarte que ya no está a tu lado.

Te envuelve poco a poco en las neblinas de su ausencia

te rompe de nuevo en mil pedazos y pierdes la cordura.

Una mano apresa tu corazón herido, destroza tu alma

y no hay palabras para describir la angustia que te atenaza.

Caminas cual etéreo fantasma en un mundo que ya no es el tuyo

recordando cada momento, con recuerdos desdibujados por el tiempo.

Deseas más que nada recuperar su esencia, su olor, su tacto.

Y nada, absolutamente nada, puede aliviar tu tristeza

curar la sangría de pesar, ira e incomprensión por su pérdida.

El nudo complejo de tu pecho te sustrae de tus rutinas

te convierte en su presa, te atrapa en sus redes invisibles e infinitas

te retrae a aquel tenebroso día en que cualquier amanecer se convirtió en tinieblas.

Atrapado en un búnker en medio de la nada,

a kilómetros de distancia de todas las personas que te rodean

porque nadie, ni en su más ilimitada misericordia, puede aliviar semejante tortura.

Y entonces llega el ocaso, y con él se desvanecen los números que te afligen

pero nunca volverá a ser el mismo, ni aunque quisieras.

Y cada día te asomarás al precipicio para mirar a los ojos con auténtico quebranto

a la muerte que se llevo a tu persona amada.

 

Dedicado a todas las personas que han perdido a una persona importante, irremplazable e inolvidable.

Fotografía y texto de Sara de Miguel.

 

Brújulas que buscaban sonrisas perdidas

brujulas

El mundo de Albert Espinosa me fascina. Me fascina especialmente su historia personal, su ejemplo de superación y fortaleza, y su estilo literario, realista y bonito.

Si tuviera que elegir uno de sus libros sin duda «Brújulas que buscaban sonrisas perdidas» es mi favorito. Se trata de una historia en la que el personaje se enfrenta a la muerte de sus seres queridos, trágica pero hermosa. El relato discurre entre el pasado y el presente, envuelto en una marabunta de emociones ambivalentes, descritas con pasión y cariño.

El  final del libro te sorprenderá por su desenlace, tan imprevisto como emotivo. Sin duda, recomendable para aprender a afrontar la muerte y el duelo y, sobretodo, para disfrutar de una buena lectura.

¡Feliz fin de semana!

Sara

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