Qué guapa estás desde que vuelas alto

¡Qué guapa te ves desde que vuelas alto!

Desde que no conoces límites

y la imaginación es tu único horizonte.

¡Qué hermosura la de tu conciencia!

Límpida y cristalina como la nieve,

tranquila y sosegada como un atardecer.

¡Qué bonita te ves desde que te has desencadenado!

Has roto tus ataduras con el dolor y el pasado

has dejado marchar a las personas que te hacían daño.

¡Qué belleza la tuya, aleteando alegre y risueña!

Vuela, preciosa mariposa.

Vuela donde te lleven tus alas y tus quimeras.

 

 

Miedo a perderte

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Anoche sentí un frío viento golpeando las ventanas.

Me despertó de un mal sueño en el que te perdía.

Sentí el gélido estremecimiento del desasosiego

dentro del pecho, agitando mi corazón,

encerrándolo en una caja de miedo.

La incertidumbre cerró una sombra de duda

sobre mi alma y mi cuerpo

y el pánico hizo temblar los pilares de nuestra relación.

Por un instante los bellos recuerdos de nuestro pasado

se rompieron en mil pedazos.

Tristes lágrimas rodaron por mis mejillas,

y un puño cerrado golpeó mi sien

como si fuera cierta aquella pesadilla.

Y justo cuando el horror me envolvía

con una áspera manta de desdicha

cogiste mi mano y sentí tu fuerza.

Abrí los ojos y allí estabas junto a mí.

Sonreí como una niña.

Todo era mentira.

Una mal engaño de mi mente

creando visiones de mis peores temores.

Recostada entre tus brazos,

reconfortada en tu regazo entendí que

el miedo no existe si no le temes:

 que la comprensión,

la dulzura, el cariño,

la sinceridad, el apoyo,

la diversión, la confianza

la pasión y el amor

que tú me brindas

descarta cualquier duda.

Me dormí a ti abrazada,

segura y tranquila

de nosotros,

de lo nuestro,

del pasado y del futuro.

deleitándome en nuestro afortunado presente.

¡Feliz martes!

Fotografía y texto de Sara de Miguel.

Rebobinar

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De vez en cuando me gusta rebobinar. Meter la cinta de casete de mi vida en el reproductor y ver como el negro magnético gira en torno a las bobinas. Entonces puedo cerrar los ojos y escuchar la música inocente de mi infancia.

Recuerdos de familia. Jugando en el salón a indios y vaqueros, desmontando los sofás y usando las sábanas para hacer cabañas improvisadas en las que escondernos mientras las risas nos delataban. Pintando las paredes del salón o saltando encima de las camas.

Recuerdos del colegio. El olor a tiza en las aulas, la voz serena de mi maestra, el jaleo del patio entre vítores y deportes. El entusiasmo ante las vacaciones de verano. Los viajes y los libros. Recuerdo el tacto especial de los libros viejos cuando yo aún era niña. Siempre rodeada de páginas y más páginas llenas de historias y aventuras desde que tengo memoria.

Recuerdos de adolescencia. La sensación de saberlo todo y no saber nada. Las emociones intensas e incoherentes. El primer amor. El primer desamor. Las promesas de amistades eternas. El inconformismo social y político. La contienda contra el mundo por mis ideales. La búsqueda de mi yo. Mi propio laberinto. La mirada de mis ojos llenos del fuego en la lucha interna que supone la mocedad.

Recuerdos de juventud. Entre exámenes y trabajo, entre amores y amigos. Entre enfermedad y vida. El mejor recuerdo de mi existencia son dos pequeños bebés sobre mis brazos, con los ojos muy abiertos nada más nacer, como queriendo descubrir la vida.

Recuerdos de tantos años… Muchos me producen una sonrisa exultante, otros me producen tristeza o añoranza. Sentimientos ambivalentes que aprecio: todos y cada uno de ellos. Rebobinar me permite escuchar la música de mi propia vida, llena de aciertos y errores, llena de riesgos y de rutinas, llena de bailes brillantes bajo el sol, y otras danzas difíciles bajo la tormenta.

Rebobinar es un privilegio. Porque me recuerda que soy quien soy gracias a quien he sido y todo lo que he vivido. Rebobinar es maravilloso, porque todas las penas se tornan alegrías al ver crecer a mis pequeños, al vivir un amor pleno y consciente, al compartir mis días con mi familia y amistades, al poder seguir emocionándome ante una historia bien contada en cualquier libro, al disfrutar de escribir palabra tras palabra como si las letras corrieran por mis venas. Rebobinar es bailar mi pasado y mi presente, y gozar de cada movimiento. Sé que mi futuro será seguir rebobinando, aunque se rompa el equipo, aunque la cinta se desgaste, siempre tendré las notas musicales de todos mis momentos latiendo en mi corazón.

Rebobinar es estar en paz conmigo misma. Aquí y ahora.

Como dijo Horacio, Carpe Diem, aprovecha el día.

Como mejoró Mahatma Gandhi Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre.

¡Feliz miércoles!

Sara

Brújulas que buscaban sonrisas perdidas

brujulas

El mundo de Albert Espinosa me fascina. Me fascina especialmente su historia personal, su ejemplo de superación y fortaleza, y su estilo literario, realista y bonito.

Si tuviera que elegir uno de sus libros sin duda «Brújulas que buscaban sonrisas perdidas» es mi favorito. Se trata de una historia en la que el personaje se enfrenta a la muerte de sus seres queridos, trágica pero hermosa. El relato discurre entre el pasado y el presente, envuelto en una marabunta de emociones ambivalentes, descritas con pasión y cariño.

El  final del libro te sorprenderá por su desenlace, tan imprevisto como emotivo. Sin duda, recomendable para aprender a afrontar la muerte y el duelo y, sobretodo, para disfrutar de una buena lectura.

¡Feliz fin de semana!

Sara

La chispa adecuada

 

«… No sé distinguir entre besos y raìces,
no sé distinguir lo complicado de lo simple.
Y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar,
todo arde si le aplicas la chispa adecuada…»

Una canción extraordinaria de Héroes del Silencio, liderados por Enrique Bunbury, que actualmente sigue su carrera en solitario.

Para mí es una canción especial por dos motivos muy diferentes. El primero porque me recuerda una adolescencia marcada por las letras y los acordes provocadores e incitantes de este grupo. El segundo porque me despierta el dolor y el vacío de la pérdida de un ser querido para una persona importante para mí. Es una canción que despierta emociones ambivalentes complicados, entre la excitación y la tristeza. Es bonito sentir, aunque a veces no tengamos claro que sentimos ni exactamente por qué. Es bonito percibir que tu cuerpo, mente y alma se activan ante el mero hecho de escuchar música.

¡Disfrutadla y feliz miércoles!

Sara

Tu propio abismo

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   En ocasiones hay que alejarse de todo y mirar al horizonte. Allí se hallan todas la respuestas. En la soledad y el encuentro con uno mismo se puede sentir el presente: en el aire con olor a salitre, en el tacto arisco de las piedras, en el reflejo insurgente del sol.

   En el confín de nuestro mundo se puede vislumbrar el futuro, aquel que uno quiere y desea, y percibir el camino que nos acerca a nuestros anhelos. El amor, la salud, el dinero, la familia, las amistades forman parte de lo que ansiamos: sentir que formamos parte del universo, de nuestro universo y del universo de las personas que amamos.

   Mirar atrás y aceptar nuestro pasado, mirarlo con cariño, y tratarnos con el respeto que merecemos. Al fin y al cabo, somos quienes somos gracias a lo vivido.

   La vida no es más que asomarse a nuestro propio abismo, al acantilado de nuestros miedos y nuestras pasiones. A nuestro pasado, presente y futuro. Y seguir caminando entre óbices, rocas escarpadas y mar embravecido. Siempre con una dulce sonrisa y con el destello de la luz en la mirada.

¡Feliz miércoles!

Texto y fotografía de Sara de Miguel

Hagamos un camino

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Hagamos un camino

que no esté escrito,

que sea nuevo,

en el que no importe el pasado

porque sea sólo pasado.

En el que no nos preocupe el futuro,

porque lo haremos juntos de la mano.

Hagamos un camino

nuevo, diferente, especial.

Hagamos un camino

con paciencia, comprensión y cariño.

Hagamos nuestro camino.

Fotografía y texto de Sara de Miguel.

Llamamiento al corazón

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   Me siento una hermosa mariposa.

  Mi pasado no son mis errores, son mis experiencias, mis aprendizajes. Agradezco todos y cada uno de ellos.

   Mi presente es un bonito jardín, lleno de flores que visito y mimo cada día, para que luzcan brillantes bajo el sol.

   Mi futuro es incierto, pero no me preocupa, pues aún no ha llegado. Me dejo llevar por la suave brisa de la naturaleza, y me poso a admirar el paisaje de mi camino, a cada aleteo.

   Sé que mi vida será breve, pero no por ello menos maravillosa. Me hago a mí misma un llamamiento al corazón, y a la cordura. Me cuido, y cuido de quienes me rodean. Y en un acto de fe inquebrantable, creo en las personas y en su bondad.

   Mientras maduraba, dentro de mi crisálida, reflexionaba que soy un ser único y que todo lo que puedo aportar a los demás también lo es. Elijo darles mi comprensión, mi cariño, mi respeto y la calidez de mi seno.

   Ahora vuelo, junto a mi familia y amigos, y me siento completa y dichosa. Elijo. Todas mis elecciones tienen un poco de locura y un poco de sensatez, para que el equilibrio entre responsabilidad y diversión haga de mi existencia un hogar en el que sentirme segura y feliz.

   ¿Quieres acompañarme en este intenso y mágico viaje en la vida?

   Entra en tu crisálida y reflexiona sobre tus aprendizajes. Sal al mundo y vuela alto, disfrutando cada segundo. Sueña, y lucha por tus sueños. Al fin y al cabo, esta es tu vida y sólo tienes una: elije cómo deseas que sea.

   Soy una alma libre. Yo elijo ser una hermosa mariposa.

   Fotografía y texto de Sara de Miguel.

   ¡Feliz miércoles!

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