Ocaso

Y las palabras hermosas que son son el reflejo de tu afecto

se pierden ominosas en el camino que va de tu corazón a tu boca,

se enredan en tus rizos sin siquiera rozar el aliento que me alimenta

y dejan un vacío, triste y frío, entre nuestros cuerpos enrarecidos.

¡Tantos silencios innecesarios

y tantas palabras agonizantes antes de haber nacido!

Porque aquello que callas

es como los epitafios de las tumbas:

 cuando el amor muere

decirlo ya no tiene ningún sentido…

 

(Compartid todo lo bueno que sentís por las personas que amáis,

nunca se sabe cuando no podréis dejar de hacerlo).

Sara de Miguel

Garabato

Alguien me dijo hace poco que las personas son como líneas en un papel: pueden coincidir momentáneamente en el tiempo y en el espacio para volver a separar sus caminos, o pueden ser simplemente paralelas.

Y disiento, como no, y me enredo, y me ofusco. Pues las personas pueden ser como líneas, pero las líneas siempre pueden ser algo más que líneas según las manos que las dibujen.

Si dibuja un arquitecto, todo es lineal, todo tiene un sentido y una función. No se dibuja una línea innecesaria, ninguna línea se sale del proyecto preestablecido. Entonces es cierto: dos líneas sólo son paralelas o se cruzan, dos personas ni se conocen o coinciden por un breve período de tiempo y espacio. Todo se desarrolla en un blanco impoluto y en un negro azabache, puro contraste.

Y yo me pregunto, ¿es la vida arquitectura? ¿somos todos “líneas rectas”? ¿sólo hay un papel? ¿sólo hay una tinta?

Y mi respuesta es no. Si dibuja un artista, o un niño, o cualquier persona que no sea lineal, nuestra vida es un garabato, que se mueve por el espacio de un papel inabarcable, casi perpetuo. Nuestros colores ni siquiera existen en el arco iris, nuestro recorrido es indescriptible.

Comenzamos en cualquier punto del garabato entrecruzado de nuestros padres y el trazo es casi azaroso, y puede tener retazos lineales, retazos circulares, retazos indefinidos, puede tener vueltas atrás, iniciativas hacia delante, puede deslizarse sobre sí mismo y transitar momentánea o eternamente por los garabatos de las personas que conforman nuestras vidas. Puede ser de cualquier color, y puede cambiar de color o tener matices infinitos. Puede ser un garabato fuerte, débil, una sombra o un perfil. Puede ser todo lo que queramos que sea. Puede ser todo lo que los demás garabatos nos ayuden a ser. Puede ser todo lo que los demás garabatos nos limiten a ser.

Al fin y al cabo decidimos parte del recorrido, el resto es cosa de todos los que compartimos el mismo lienzo. Un lienzo que, aunque pueda parecerlo, no tiene un principio y un fin, no tiene márgenes. Y podemos asomarnos a los precipicios sin temor, pues mientras quede tinta, queda vida.

Así pues no me queda más que afirmar con rotundidad que las líneas de mi vida han sido, son y serán un garabato impreciso, incomprensible incluso para mí, son las de un proyecto que nunca acaba, que renace cada día, a cada hálito. Y no por ello será menos importante que el proyecto de un arquitecto, todo lo contrario, valdrá más, pues en la improvisación, en la capacidad de cambio, de lucha, de entusiasmo por la vida reside mi felicidad.

Soy el arte que se recrea en sí mismo. Soy el garabato de un niño en un papel. Soy la belleza de la incertidumbre de mi vida entrelazada con la incertidumbre de las de personas que amo.

Lo soy todo menos una línea.

Extraído de «9 Principios y ningún final».

¡Feliz año nuevo y disfrutad de ser garabatos!

Sara de Miguel

Dudas

Comparto este extraordinario poema para que todos podamos disfrutar de tan hermosos versos.  Me atrevo a donarle una fotografía de cosecha propia y espero que sea de vuestro gusto esta tentativa de combinación entre imagen y palabras. Es de Ana Centellas a través de Mi jueves de poesía: «Dudas»

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DUDAS

«Se ahogan mis sentimientos

en océanos de dudas.

Lucho por que salgan a flote,

con las fuerzas ya mermadas

por el paso por la vida.

Mis esfuerzos son en vano,

se hunden sin remisión,

las dudas lo ahogan todo

como el que ahoga en un vaso,

sin raciocinio aparente,

las penas en el alcohol.

La fuerza de la marea

ha de traerlos a mí,

soltarlos sobre la orilla,

mecidos con la resaca

como en una mecedora

abandonada en el jardín.

Dispersos sobre la arena

los volveré a reunir.

Preciso de sentimientos

que me hagan la vida bella,

que la hagan soportable,

que despierten ilusiones,

que me permitan vivir.

Pero el mar que los ahoga

es extenso e insondable.

Los espero entre las dudas

que vienen a mi cabeza

luchando por adueñarse de ella,

bajando por las arterias

hasta el mismo corazón.

Y entre el amplio mar de dudas

y las de mi exigua mente,

yo temo volverme loca,

no saber a qué atenerme,

volverme sin querer tan fría

que hasta el verano se hiele

tras todos mis pasos perdidos,

sin camino que les guíe

ni esperanza que les aliente.

Mientras, mis sentimientos

ahogados se van quedando

en el mar azul oscuro,

profundo y de cruel encanto.

Mientras no pueda tenerte

mis dudas siempre debaten

entre si debo, o no, quererte.»

¡Feliz martes!

Sara de Miguel

Da las gracias a quien abrazas

Hace poco un desconocido en una situación peculiar me dijo una frase inesperada:

«Da las gracias a quien abrazas»

Y desde entonces no puedo quitármela de la cabeza.

En tan pocas palabras se destila tanta sabiduría que no puedo evitar hacer un sincero y emotivo homenaje a la frase.

Ser agradecidos es lo más hermoso que podemos hacer por nosotros mismos y por los demás. Nada más bonito que agradecer a quienes nos acompañan en nuestras vidas y nos apoyan en las insoldables batallas que libramos.

No puedo imaginar qué hubiera sido de mí sin las personas que me han escuchado cuando he necesitado hablar, me han protegido en mis momentos más vulnerables, me han estimulado en mis proyectos más personales, me han defendido en las situaciones más difíciles, han perdonado en mis errores y  me han querido por encima de mis defectos, valorando mis virtudes y amando cada recoveco de mi corazón.

No puedo imaginar ser yo sin mi historia y quienes la han vivido a mi lado, a pesar de que las circunstancias en ocasiones nos aleja (o nos obliga a alejarnos) de las personas que estimamos.

Soy más de abrazos que de besos.

Y mis palabras son un reflejo de la caricia que acompaña a cada uno de mis gestos. Esos gestos que, en mi utópica defensa del amor por encima del dolor y del olvido, procuro regalar cada día a las personas que conforman mi vida y que me acompañan cuando me asomo a los abismos del miedo, y me dan la mano con fuerza y cariño al llegar al precipicio. Si nunca caigo es por ellos.

Agradecida hago de las palabras no esperadas y tan bien recibidas mi caballo de batalla:

DA LAS GRACIAS A QUIEN ABRAZAS.

Belleza inusitada

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La rosa más hermosa

enmudece en tu presencia

ante la belleza inusitada

de tu corazón y de tu alma.

 

¡Feliz fin de semana!

Fotografía y poema de Sara de Miguel.

 

Traición

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Entre las rocas, varado, me hallo.

Sin esperanza alguna que no sea la de olvidar tus encantos.

¡Pensar que algún día estuve de ti enamorado!

Cuan hermosa es la adoración de quien nos parece todo ternura,

y qué triste la decepción de saber de tus engaños.

¡Recordar que dijiste que me amabas!

Cuánto dolor desgarrado en mi costado

por tus puñaladas viles y egoístas

que no responden más que a tu ambición desmedida.

Dices que era amor cuando tan sólo fui un capricho,

un juguete entre tus manos traidoras y tu alma vacía.

Verte marchar tras haberte dado la mano en los tropiezos del camino,

tras haberte abrazado y cuidado en las peores lides sobrevenidas.

Verte marchar porque has decidido empezar una guerra

en la que dices ser víctima y no eres más que verdugo

sin que mis palabras y mis actos tengan transcendencia alguna.

Me siento triste y desangelado ante tan aciago destino:

el de aceptar que no me amaste,

pues quien ama no daña a la persona amada

por ganar trofeos que al corazón no engañan.

Aquí permanezco, entre el cielo y la arena,

hasta que el tiempo consuma el poco amor que por ti me queda…

Fotografía y poema de Sara de Miguel

Te engaño

Te engaño.

Para qué negarlo por más tiempo

si me notas en la mirada

lo que ocultan mis palabras.

Te engaño cada día:

cuando te observo

y tu belleza me embarga

pero no lo menciona mi habla.

Te engaño

cuando te admiro por tus obras,

por tus logros y tu constancia,

y no salen los vocablos de mi garganta.

Te engaño

cuando quisiera adornar tus labios

con un tierno ósculo

y de mi boca no sale nada.

Te engaño

cuando quisiera compartir mil abrazos

y mis manos sólo aciertan

a quedarse mudas en mi regazo.

Y todo por seguir danzando

con la sociedad y sus preceptos,

en una danza absurda

donde las buenas palabras,

las hermosas,

las que expresan cuánto amamos,

nos avergüenzan

más que cualquier crítica o falta.

Te engaño

y sé que a quien de verdad engaño,

a quien traiciono con mis silencios,

es a mí misma

por no decirte,

todas las veces que así lo siento,

cuánto te amo.

 

¡Feliz domingo y no os engañéis ni engañéis a nadie, pues el amor debe ser expresado!

Fotografía y texto de Sara de Miguel.

 

«13 Almas» en el #MesIndie de Amazon

Me siento afortunada de compartir cada vez con más lectores mis experiencias como psicóloga de cuidados paliativos domiciliarios recogidas en el libro «13 Almas».

En mi trabajo no sólo aprendo sobre el proceso de la muerte, si no también sobre la propia vida, lo que es importante y como ser más feliz.

Ojalá el mensaje de comprensión y empatía que contiene en cada historia continúe su viaje por el mundo y llegue a los confines más necesitados de humanidad y calidez.

Agradezco a Amazon que hayan seleccionado este libro para facilitar su difusión y, por supuesto, agradezco a todos y cada uno de los lectores que dediquen su tiempo a mi pequeño mundo de vida, muerte, amor y cariño.

Podéis encontrar «13 Almas» en esta promoción tan especial en los siguientes enlaces según las regiones que ha diferenciado Amazon:

España

México

Estados Unidos, América Latina y resto del mundo

¡Un saludo afectuoso y feliz #MesIndie a tod@s!

Sara de Miguel

 

 

Superación

pino.jpg

Comienza el otoño

y con él despunta al atardecer

la tibieza de la luz

entre las agujas de los pinos,

como la fortaleza de superación

de los perseverantes

se abre paso solemne

ante cualquier impedimento.

¡Feliz semana!

Sara

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