«El pecho del poeta» de Federico García Lorca

Tú nunca entenderás lo que te quiero

porque duermes en mí y estás dormido.

Yo te oculto llorando, perseguido

por una voz de penetrante acero.

Norma que agita igual carne y lucero

traspasa ya mi pecho dolorido

y las turbias palabras han mordido

las alas de tu espíritu severo.

Grupo de gente salta en los jardines

esperando tu cuerpo y mi agonía

en caballos de luz y verdes crines.

Pero sigue durmiendo, vida mía.

¡Oye mi sangre rota en los violines!

¡Mira que nos acechan todavía!

Nunca hubo poeta de semejante valía como Federico García Lorca. Dedicó su vida a las palabras y escribió poesías sin parangón de belleza.

Os deseo una feliz semana,

Sara de Miguel

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