A veces sonríes con la mirada,
con una sonrisa preciosa:
dulce y aniñada,
inocente y feliz.
Es entonces,
durante esos breves segundos
en los que no necesito
ni ver tus labios
para saber que sonríes,
que me siento
realmente afortunada.
Como siempre te digo:
si te vieras con mis ojos
no tendría ningún poema que escribirte,
y es cuando me sonríes con la mirada
cuando más cierto es
que para escribir poesía
no hacen falta palabras…
¡Feliz día!
Poema de Sara de Miguel y fotografía de Tomeu Mir.
Qué bonito, Sara, es tan franca esa expresión de los ojos, cuando sabes que alguien está sonriendo sin verle la boca, es sonreír de verdad.
Por el contrario, sonreír con la boca, pero no con los ojos transmite tanta tristeza…
¡Buen día!
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Qué reflexión más hermosa y acertada. Gracias por tus palabras Luna Paniagua 😀
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Reblogueó esto en El Noticiero de Alvarez Galloso.
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Muchas gracias Roberto, un saludo!!!
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Saludos
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